Faltaban apenas minutos para que el Ford de Mariano Werner saliera del box hacia la línea de largada del autódromo Villicum de San Juan. El entrerriano ya estaba sentado detrás del volante, esperando el momento de arrancar la final de la última fecha del Turismo Carretera, a la que había llegado como gran favorito a levantar el trofeo, cuando escuchó un pedido especial. «Que gane la Copa de Oro», tiró Salvador, de seis años, sin dudar cuando le preguntaron qué le quería decir a su papá antes de la carrera.
El Zorro cumplió y terminó festejando su tercer título en la categoría más importante del automovilismo nacional. Un título que tuvo un sabor especial por varias razones, pero sobre todo, porque su familia y en especial sus hijos -el mayor y Rafael, el más chico, de cuatro- lo celebraron tanto o más que él.
«La familia es fundamental. Es determinante para que yo pueda seguir con esta carrera. Y este campeonato fue diferente a las dos anteriores, entre otras cosas, porque veo que mis hijos ya lo viven de otra manera, lo disfrutan más. Antes no me acompañaban mucho porque era muy chiquitos, pero ahora entienden más, sobre todo Salvador, por su edad. Fue muy lindo tenerlos ahí el domingo», comentó Werner en charla con Clarín, varios días después del festejo, pero todavía con las emociones reflejadas en la voz.
El paranaense, que a los 34 años repitió la consagración de 2020 y 2021, aseguró que Salvador es el que más se enganchó con el deporte.
«A veces viene y me pregunta ‘¿Fuiste al taller hoy? ¿Hablaste con Rody (Agut, motorista del equipo)? ¿Cómo anda el motor?’. Y me hace acordar a mí en mi infancia. Lo llevé a la carrera de Rafaela, que gané, y en forma de broma cuando volvíamos me decía ‘Papá, mirá que mucha gente me dijo que yo soy cábala, que tengo que ir a muchas carreras’. Jajaja. Y la realidad es que fue a la de TC Pick Up en La Plata y salimos campeones. Y después a San Juan…», contó.
Y agregó: «Junto con Micaela (su mujer) tratamos de explicarle que por ahí uno se puede volver contento y con la copa más linda y que tanto soñó, pero también se puede volver con la cabeza gacha, como pasó un montón de veces. Que eso es parte de la vida y del deporte».
-Estás empezando a contagiarles a tus hijos tu pasión por el automovilismo. ¿Te gustaría que siguieran tus pasos?
Siempre trato de hacerles entender que no tienen ninguna obligación de hacerlo. Pero hoy lo disfrutan. A veces vamos a probar con los kartings. Rafa todavía no tanto, Salvador se anima más. Lo disfrutamos, lo hacemos una forma descontracturada, nada de correr, solamente probar. Y es lindo. Pero siempre les inculco también que hagan otros deportes, que hagan fútbol o lo que les guste. Con el tiempo cada uno se va a ir dando cuenta cuál es su verdadera pasión.
Junto a Salvador y Rafa, en San Juan estuvo firme Micaela Varisco, su compañera de ruta de toda la vida y una pieza clave del equipo del entrerriano, como él mismo comentó.
«Mucho de este título es para Micaela. Es un pilar fundamental. Estuvo siempre al pie del cañón, me apoyó desde chico. Sabe la pasión que siento por el automovilismo y es tan fundamental como un mecánico o el motorista», afirmó el tricampeón.
La consagración en San Juan le bajó el telón a un 2023 inolvidable para Werner y fue el cierre de una de las semanas más estresantes de su carrera. Es que siete días antes de la final en el Villicum, había gritado campeón en el TC Pick Up en La Plata. Y tuvo que resetear muy rápido la cabeza para encarar una definición tan importante como la del TC.
«Fueron los siete días más difíciles en cuanto a nerviosismo, a preparación física y a todo lo que rodea una carrera. Festejamos el domingo en La Plata y el lunes ya estábamos con todos los chicos del TC pensando en el fin de semana de San Juan, hablando con el motorista, analizando todos los aspectos necesarios para llegar bien preparados», relató.
-Por lo que contás, no sos de esos pilotos que solo se suben al auto para correr. Sos de los que está involucrado en cada detalle…
-Así es. Para mí es importante hacerlo. Me gusta y lo siento así, porque trato de que todo el equipo esté en la misma sintonía. Cuando se ve que el piloto no le da mucha importancia a lo que pasa en el taller, hasta el mismo mecánico o el motorista se relajan. Yo amo lo que hago, me gusta, estoy en los detalles, nací en esto y lo disfruto. No es algo que me pesa. Por ahí hay pilotos a los que no les interesa meterse en la parte mecánica y disfrutan solo manejar. A mí me gusta lo que hago, me gusta todo. Y creo que es una de las razones por las que conseguimos estos tres títulos en cuatro campeonatos, además de porque tengo un grupo con muy buena conexión, con gran calidad de mecánicos, con la mejor gente, y por el acompañamiento de siempre de los sponsors.
Para el entrerriano, estar al tanto de todo lo que pasa con el auto y tener alrededor un grupo de gente que conoce y lo conoce bien suma además mucha tranquilidad a la hora de salir a la pista a correr a unos 200 kilómetros hora.
«Seguramente para muchos el automovilismo es un deporte de riesgo, pero para mí es algo más normal competir a mucha velocidad. En eso tiene tiene que ver, por un lado, elegir un buen equipo que te acompañe. Que exista esa confianza de que se apretaron bien la tuercas, que el auto no se va a parar y que todo va a funcionar bien. Y por otro, poder estar yo enfocado cien por ciento en lo que hago. Esta temporada, por ejemplo, dejé el Turismo Nacional a mitad de año, porque sentía que dispersaba tiempo y no iba a poder lograr los tres campeonatos», explicó.
-¿Pero sos consciente de los riesgos que tomás cuando salís a correr? ¿Cómo hacés para sacártelos de alguna manera de la cabeza y enfocarte en hacer tu trabajo?
Es un deporte de riesgo, pero creo que hay más riesgo cuando vas en la ruta. Hoy los autos han mejorado mucho la seguridad, los circuitos también. Y seguimos trabajando duro en eso, para que cada vez sea más seguro y para que cada circuito nuevo esté al tope en ese sentido. Cuando estás compitiendo estás concentrado en la carrera, vas pensando en ser preciso, en ser rápido, en frenar un metro más adentro o acelerar un metro antes, en qué podés mejorar… ¿Puede pasar algo? Sí, puede pasar, pero uno lo piensa, porque siempre cree que no se va a dar.
-¿Hacés alguna rutina o trabajo de preparación mental antes de cada carrera para ayudarte con esa concentración?
Sí. El TC es cada vez más exigente desde lo físico y lo mental. Y estar bien focalizado es importante, tanto como alimentarse y descansar bien y estar bien físicamente. Los chicos vienen cada vez mejor preparados del TC Pista Mouras, TC Mouras y el TC pista. Llegan con la juventud y todo el entrenamiento encima y uno tiene que suplir todo eso. Siempre busco formas de entrenar la concentración y la visión periférica y elementos o prácticas que me permitan mantenerme concentrado. Ahora, por ejemplo, estoy estudiando inglés. Y aunque no soy una persona que lee mucho, trato de hacerlo. Todo eso te hace abrir un poco la cabeza y pensar. Y mejorar no solo como piloto, sino también como ser humano, que es lo más importante.
«Tres títulos en tan poco tiempo es una locura»
«Hoy brindo por el mejor año de mi carrera deportiva», celebró Mariano Werner en el cierre de la charla con Clarín. Y no es difícil entender el por qué de esa afirmación. El entrerriano se consagró campeón en dos de las categorías más competitivas del automovilismo argentino, el TC Pick Up, donde levantó el trofeo por primera vez con Toyota, y el Turismo Carretera, en el que consiguió un título histórico.
Con su tercera corona, se convirtió en el décimo piloto en conseguir al menos tres en la categoría. Alcanzó la línea de Oscar Castellano y Roberto Mouras, los otros pilotos que celebraron tres veces. Por delante se ubican Juan Gálvez (máximo campeón, con 9 títulos); Guillermo Ortelli (7); Juan María Traverso (6); Oscar Gálvez (5) y Dante Emiliozzi, Héctor Gradassi y Canapino (4 cada uno).
Consiguió también el 45º campeonato de Ford, la marca más ganadora de la historia del TC. El anterior tricampeón del Óvalo en esta divisional había sido Traverso, que se coronó en 1977, 1978 y 1999. Haber puesto su nombre a la altura de esas leyendas lo llenó de orgullo.
«Es increíble pensar en que estoy en la misma línea que un Mouras o un Castellano y cerca de tantos tipos que que han hecho al Turismo Carretera. Haber logrado eso en tan poco tiempo, en tres años, después de tanta sequía y de que las cosas no se dieran por tanto tiempo, es una locura», reconoció el entrerriano, que corrió siempre con la misma marca desde su debut en la divisional, en 2008.
-En 2020, después del primer título, decías que no te sentías ídolo de Ford. Hoy, con tres títulos, ¿cambió esa percepción?
La verdad, no lo pienso nunca. Lo que busco siempre es andar rápido, tener el mejor equipo y los mejores sponsors para poder correr. Y destinarle el tiempo pueda a la gente. El título lo pone los hinchas, ellos deciden si uno es ídolo o no. Lo que sí siento es el cariño de todos estoy muy agradecido por cómo me han apoyado y acompañado.
-Cuando terminó la carrera en San Juan, asustaste a varios cuando dijiste ‘Me puedo retirar tranquilo’. ¿En serio se te paso esa idea por la cabeza?
No. (Risas). Lo dije en el sentido de que si hoy no necesitara de esto, que termina siendo un trabajo, y si tuviera más edad, sería el momento justo para retirarme. Porque es muy difícil alcanzar los dos campeonatos más importantes de Argentina en siete días, con la rivalidad que existe y con el nivel deportivo que hay hoy en el TC y las camionetas. Y porque sé que cada año es más difícil. Pero sin duda, no estoy para retirarme.
-¿Vas a ir por la defensa de los dos títulos en 2024?
Sí, obvio. En el TC Pick Up voy con Toyota y en el TC asumo el compromiso fundamental de cambiar de de modelo, de dejar el Falcon campeón y agarrar el Mustang. Un doble compromiso para mí y para todo el equipo, que es también una motivación enorme. Vamos a trabajar con el mismo grupo humano y a tratar de mejorar las cosas que no fueron tan buenas. Por más de que haya sido un año excelente, hubo cosas que nos han faltado o en las que hemos fallado. Vamos a trabajar más duro que nunca para llevar ese número uno bien alto.
Reflexión del automovilismo argentino
Tricampeón del Turismo Carretera, Mariano Werner celebró no solo su gran 2023, si no también el de todo el automovilismo argentino y de los pilotos que llevaron esta temporada la bandera celeste y blanca por el mundo.
«Siempre lo digo: Argentina tiene grandes talentos. Y si todos estos talentos hubieran nacido en el exterior, sin duda hoy estarían en cualquier categoría o fórmula de primer nivel. Lo que hizo este año Agustín Canapino en el IndyCar es una locura. Lo mismo lo de Franco Colapinto, llegando a la Fórmula 2 y probando un F1. Ojalá que se le dé, que encuentre ese lugar que se merece por su talento y por su insistencia, y que posicionaría a Argentina en el máximo nivel. ¡Y qué decir de Pechito López! (NdR: brilló otra vez en el Mundial de Resistencia, donde fue subcampeón) Es un piloto que nos ha dado todo a los argentinos, que no ha enseñado muchísimo», comentó el entrerriano.
Y cerró: «En el país, creo que el TC, las TC Pick Up y muchas categorías han crecido un montón. En todas hay un gran nivel, que posiciona al automovilismo argentino muy alto y nos lleva permanentemente en pensar en ser cada vez un poquito mejores». (Clarín)