Gastón Lanzi, profesor de educación física y entrenador en ENEBA 2 y director técnico de Básquet en Paraná Rowing Club de la categoría u15A, u17A y u19, en FM Litoral, habló sobre esta disciplina que en lo personal lo apasiona y que describe como un deporte muy sano.
Sobre la actualidad de Rowing en Básquet, comentó que las cosas van bien, “la verdad que bien, venimos con un cambio que se dio en el club a nivel primera. Hemos realizado un análisis de donde estábamos parados y adonde queríamos ir y decidimos jugar con los chicos 15, 17, 19 y con algunos de primera que volvieron, que hacía mucho tiempo que no estaban jugando y nos embarcamos en un proyecto que era foguear a los chicos, como se dice en el deporte, foguearlo; y ahí estamos en ese camino, bastante bien”.
¿Cuántos chicos practican básquet hoy en Rowing?
“Debemos tener alrededor de 150 y van variando, por esto de que inician, luego se van y después vuelven. Pero ocurre más que nada en lo que es la escuelita, pre-mini, pero una vez que ya el chico logra pre-mini, por ejemplo, siete u ocho años, que comienza con la actividad periódicamente, semanalmente, es como que ahí se acostumbra y lo vive distinto”.
¿A partir de qué edad pueden iniciarse en básquet?
“A partir de los cuatro o cinco años ya pueden empezar la escuelita y hay algo que es muy importante, y es el acompañamiento de la familia, eso es fundamental, es base, más que nada en la escuelita. Aparte también está bueno como para empezar a marcar una distancia sana entre el niño y la familia. Los papás pueden quedar afuera, y en el caso de Rowing, dejan a su hijo y luego tienen toda la costanera para ellos poder recrearse.
Pero el acompañamiento es fundamental, ayuda a que el niño la pase bien y aprenda a disfrutar el deporte más allá de un resultado, sumado al bienestar que se alcanza”.
Muchas posibilidades y varias categorías para disfrutar del deporte.
“El básquet en Rowing arranca con la escuela de iniciación, pre-mini, de cuatro hasta los siete años. Después pasan a mini, que es hasta los doce, luego van a U13, que es un año; la categoría de 13 años.
Por ejemplo, si un chico de 13 años entraría en U13 y no tiene experiencia puede ingresar igual, no es excluyente. Quiere decir que no es necesario comenzar desde pequeño para realizar el deporte. Por eso también se dividen en categorías A, B. lo cual no significa que uno es de más calidad deportiva que otro.
Como profesor, también tenemos que manejar esas emociones. Yo no soy el mismo trabajando, desde el chico Gastón de los 24 al Gastón de los 43. Gracias a Dios, pude correrme en algún momento y ver qué estaba haciendo, qué puedo corregir. Seguramente el Gastón de los 24 era más eufórico, capaz que no manejaba el vocabulario que manejo ahora, capaz que no manejaba la metodología, y había una cantidad de cosas, entonces fui aprendiendo, pude correrme y aprender. Lo que no quiere decir que perdí la pasión, la emoción de hacerlo, esas ganas, esa adrenalina de jugar un partido, pero lo puedo canalizar de otra manera para que al chico le llegue distinto. Y volviendo al tema, para mí el básquet es esto, es vivirlo, es sentirlo, es pasional; que uno pueda expresar todas sus emociones en el juego. Teniendo un formador, en este caso me puede tocar a mí, como cualquier otro entrenador, que sepa llevar adelante todo eso. Es muy importante, porque el chico se va a frustrar, va a estar alegre, va a estar un poco más contento o no, pero tristeza no. Yo siempre, hablando un poquito de todo esto, porque capaz que no es él, pero me gusta poder destacarlo, no se puede abandonar, porque yo siempre formo persona y después formo jugador. El otro día tuve una charla con los chicos, ya que me gusta mucho la parte formativa, entonces yo digo, el básquet es una herramienta, es un estilo de vida, pero es una herramienta. Porque hoy le abandono al entrenador, mañana le abandono al profe de la facultad, al jefe de laburo, hoy es un partido que no juego bien y ya no quiero jugar más, mañana es una materia que no rendí bien y no quiero estudiar más, mañana es una discusión que tengo en el laburo con mi jefe porque no quiero trabajar más, y no es así, no es todo descartable, que muchas veces está muy en auge, hay que tener cuidado, entonces nosotros como formadores, primero hay que formar personas que ante la adversidad se sobrepongan y ahí está el formador, que pueda dar la herramienta.
-¿cómo lo hacemos?
Hago mucho hincapié en eso, porque los chicos que yo dirijo, ojalá lleguen todos a vivir del básquet, pero para mí va a ser lo de menos.
Siempre digo, yo pierdo y tengo que llegar con más ganas y más contento que si hubiera ganado. Yo tengo que ser el primero a llegar. Juntar a esos chicos y decirle, bueno muchachos, hicimos mal esto, hicimos mal lo otro, íbamos a entrenar, íbamos a hacer esta parte de lanzamiento, meterlo, entonces ya el chico lo siente, el chico a eso lo ve.
Y dentro de la competencia también está el tema de que nos vamos a equivocar, obviamente. Y digo equivocar porque yo también hasta el día de hoy me equivoco y voy a seguir cometiendo errores. Pero la competencia, si ponemos a árbitro, ponemos un tablero, al chico le decimos, bueno ¿Quién gana, quién pierde? Esto es así, y estás compitiendo. Si no hay que sacar todo y hacerlo totalmente cooperativo al juego.
-¿Y cómo acompaña la familia del Rowing?
Nos acompaña muy bien. La verdad que acompaña excelente, no lo digo por una cuestión de que estoy ahí, sino que lo digo porque me gusta cómo lo hacen. Van, miran los partidos, aunque siempre hay un papá que es un poquito más eufórico que el otro, está bien, está bueno también tenerlo, pero en ningún momento es negativa esa euforia. La verdad que cuando se acercan, charlan y se lo pasa muy bien.
Como entrenador, siempre digo: yo tengo que estar cómodo para poder hacer un buen laburo. Y esa comodidad la brinda el contexto, papá, directivo, institución, esto es muy importante porque tener la cancha limpia, en condiciones, los baños, los vestuarios, el box que es donde guardamos nuestros elementos, todo eso hace a que uno, no vaya 15 minutos antes, sino 40 y ya me llevo el mate.
La diversión convive con la competencia a nivel provincial
En la primera mitad del año jugamos la Liguilla Provincial, que es donde juegan todas las categorías, con diferentes fases y donde el campeón y el subcampeón juegan la instancia nacional de cada categoría. Nosotros estuvimos con U15, U17, terminamos dentro de los cinco primeros, estamos hablando de treinta y pico de equipos, un torneo largo que se juega los fines de semana. En el torneo local salimos subcampeones con la U15 y con la U19 ganamos la Copa Plata.
-Los papás no sólo acompañan sino que también salen a la cancha
Hay hasta más 45, con un nivel interesante, aparte de jugadores de mucha experiencia, en el caso de Rowing, está Marcelo Solana y Ramiro Rey, gente que ha jugado al básquet realmente y ahí están, poniéndole fuerza. Después hay muchos chicos que jugaron toda la vida en el club, en el caso de Juan Campos, quien participó en la selección argentina, y volvió a jugar con nosotros, y eso habla de la idiosincrasia, del sentido de pertenencia del club, porque él fue, estudió, hizo su carrera y cuando se pudo rearmar en su rutina diaria, volvió. No es que fue a jugar a otro club, que no sería malo, sino que volvió a donde se siente bien, donde se siente acompañado, y esa experiencia a nosotros nos sirve. Hoy a un chico de 15 años le sirve mucho de ejemplo.
Por otra parte, las mamás también salen a la cancha con el básquet femenino que está trabajando muy bien, ellas entrenan martes, jueves y sábados. Los domingos hacen los partidos, sin dudas han trabajado de manera muy positiva.
¿Qué indumentaria o accesorios se necesitan para que el chico se inicie en el básquet?
Se necesitan zapatillas, medias, una remera y un short y un buzo si hace frío, nada más. Quiero aclarar que no es una necesidad comprar una súper mega zapatilla para que el chico inicie la actividad. Siempre le cuento a los chicos que somos de otra generación, jugábamos con zapatillas bajas, no había botas y jugábamos igual. Había parqué en pocas canchas, se jugaba sobre el cemento y jugábamos igual, la pasábamos bien. Las zapatillas están carísimas. Con cualquier calzado deportivo, no importa la marca, por ahí no importa tampoco si es mega bota, si es bota, si es zapatilla baja, alta. Un par de zapatillas, la misma que se da para la educación física en la escuela, la misma puede usar para jugar al básquet e iniciarse en la actividad. Y después la camiseta, si hay partido un fin de semana, se la brinda el club.
Debo destacar que hoy al chico que quiere comenzar se le da dos semanas para que prueben, así que los esperamos. Decirle al papá que el básquet, como deporte, es súper completo. Hay que correr, saltar, hay que manejar el balón con las dos manos. Hay que tener una vista, una visión periférica para poder jugar. Hay que tener un bagaje de sensación, emoción y después toda la parte deportiva para poder hacerlo, que es muy importante. Es un deporte muy sano en el contexto, en el ambiente en que se mueve. Me parece que elegirlo sería lo ideal.