El club Bajada Grande denunció nuevos robos y la matanza de dos mascotas

Las instalaciones del Club Atlético Bajada Grande vienen sufriendo diversos hechos delictivos. Les robaron cajas térmicas, cableados, balastos, y se encontraron “con la dudosa muerte de dos mascotas”, según mencionaron.

 

Autoridades del Club Atlético Bajada Grande dieron a conocer los diversos hechos delictivos que viene sufriendo la entidad deportiva en las últimas semanas.

Según indicaron durante el pasado fin de semana “sufrimos la sustracción de cajas térmicas, cableados, balastos, y forcejeo de aberturas, entre estos también nos encontramos con la dudosa muerte de dos mascotas, de las que si bien el club no era su hogar, ellos lo consideraban como tal, y a su vez, por naturaleza, eran nuestros guardianes”.

La denuncia ya fue radicada en la comisaría de la jurisdicción.

“Plasmamos nuestro repudio ante cada uno de estos hechos de vandalismo, que de manera sucesiva y hasta el día de la fecha han logrado perjudicar pura y exclusivamente a nuestros gurises y al desarrollo normal de sus actividades deportivas. Lamentamos profundamente notificar que hasta nuevo aviso aquellas actividades que requieran el uso del playón en horario nocturno quedarán suspendidas», acotaron.

«Es un barrio con muchas carencias y siempre tuvimos hechos de inseguridad en el club. A los primeros que les robaron fue a los de la cancha de pádel y fue el mismo estilo de robo, todo lo que es la instalación eléctrica. Entonces, ya no pudieron trabajar más. Este fin de semana nos encontramos con esta situación, habían matado dos perros, robado toda la instalación eléctrica, los balastos de la cancha del playón de básquet, que en realidad ahí es en donde se practica futsal y una instalación que habíamos hecho en un quincho que tenemos afuera para que los socios lo puedan ocupar. Lo que más nos duele son los balastos (es un equipo que sirve para mantener estable y limitar la intensidad de lámparas, ya sea una lámpara fluorescente o una lámpara de haluro metálico) de los reflectores, porque como está la economía, no los podemos comprar. Nuestros ingresos corrientes son de 25.000 o 30.000 pesos, le cobramos 250 pesos a cada chico», indicó un dirigente del club.

«También, algunos socios y vecinos colaboran y pagan una cuota más elevada. Pero no más de 500 o 1.000 pesos. La situación es angustiante. Encima, hablás con la Policía y te dicen que las causas por robos de cables no tienen ningún tipo de consecuencia para el que lo hace. Así que el panorama es tristísimo, porque tampoco estamos en condiciones de arreglar todo para que en una semana nos vuelvan a robar y estamos al lado de una dependencia policial. El galpón de las motos de la Policía está al lado. En teoría debería haber guardia de los bomberos que están en la puerta del club. Obviamente, no están abocados a darle seguridad. Pero no nos respetan», dijo finalmente a diario Uno.