“En Egger no hubo una caída en la producción sino una persecución gremial”

Marcelo Fernández, trabajador despedido, en FM litoral, dio cuenta de la situación que debieron padecer los trabajadores de la empresa de Concordia a 4 meses del despido.

 

 

 

Egger, una empresa de origen austriaco con planta en el Parque Industrial Concordia echó en mayo a 10 trabajadores por organizar un gremio que los represente. Con la amenaza de extender la represaría, la partes ingresaron en una negociación que llegó a un punto muerto y hoy empelados desvinculados reclaman su reincorporación. “Vamos a llegar hasta las últimas consecuencias”, dijo Marcelo Fernández uno de los delegados que fue despedido.

 

Con oficinas comerciales en todo el mundo y 17 plantas de producción en Europa, más en Estados Unidos y otra en Concordia, la firma Egger se dedica a confeccionar melaminas, molduras, revestimientos y tableros de madera tipo MDF y PB. Egger dice ser en su presentación institucional una “empresa familiar”, pero a la luz de los hechos, no le gusta que sus trabajadores se agremien para defender sus derechos. Y por eso despidió a 10 de ellos en la Capital del Cítrus, y por el cual hoy tienen un acampe en la puerta de su planta concordiense a la espera de su reincorporación, contó a esta Agencia Marcelo Fernández, uno de los delegados despedidos.

 

“Todo empezó hace cuatro meses por buscar un gremio representativo para los más de 350 trabajadores”, contó el trabajador echado. “Yo tengo 15 años de servicios y cuando ingresé la mayoría de los trabajadores se desafiliaron de la gremio de la madera porque no se sentían representado porque cada vez que llevaban una inquietud el gremio se comunicaba con la empresa, les informaba quiénes hacían el reclamo y exponía a estas personas. Así fue que durante 13 años estuvimos sin gremio y cada vez que buscábamos una mejora salarial o si había posibilidad de mejora en los puestos de trabajo, era totalmente arbitrario”, contó sobre cómo se arribó a esta situación angustiante para 10 familias y en un hecho rayano en una práctica ilegal.

 

“Es por esto que para no quedar expuestos –continuó Fernández–, elegimos afiliarnos a petroquímicos. Antes de hacer las gestiones con este gremio estudiamos que podíamos entrar por actividades vinculadas con la madera y la pintura, porque acá en Egger se hace aglomerados, molduras, MDF y se trabajan con pinturas. Este gremio incluye al rubro por las materias que se usan. Eso llevó a que tras varias asambleas se afiliaron más de 200 personas. Y cuando se llegó el momento de votar delegados, elegimos cinco titulares y cuatro suplentes. Fue cuando la patronal, a través de los gerentes, comenzó el acoso laboral. Le fueron llegando a la gente de que no querían saber nada con el gremio y que si se seguían se iba a despedir, que tenían una lista negra. Nosotros seguimos, elegimos delegados, entre ellos a mí. Seguimos todos los pasos legales, asumí el 16 de mayo y el 17 me presenté a trabajar a las 6 de la mañana y a las 11 nos llaman a mí y otro delegado y ocho afiliados y nos echaron por ‘baja producción’. Sabemos que no es la causa si no porque elegimos un gremio que nos represente”, narró el obrero.

 

 

Luego de aquel episodio, los perjudicados acamparon por seis días frente a la firma. En ese entonces recibieron “muchos apoyos”, dijo el trabajador consultado, “pero en la empresa siguió el acoso. De la empresa sacaron fotos de quienes se acercaban y continuó el acoso. Surgió el miedo y continuó la persecución y levantamos para evitar más despidos. Ahora seguimos legalmente y que seguimos los pasos de agremiación. Esto es persecución gremial y lo vamos a llevar hasta las últimas consecuencias”.

 

Por último, el representante sindical contó que este miércoles tienen cita en el juzgado laboral N° 4 de Concordia para una mediación y ver la posibilidad de alcanzar un acuerdo económico. “Pero nosotros queremos la reincorporación. Si ellos no quieren un gremio, que lo peleen gremialmente, pero lo importante, la urgencia es la reincorporación de los 10 echados”, planteó.