Aducen dudas en la responsabilidad del médico en la muerte de una niña

La defensa del médico acusado de la muerte de una paciente de cinco años pidió la absolución por el beneficio de la duda. Fiscalía pidió una condena de ejecución condicional y la querella de cumplimiento efectivo. El miércoles 3 de julio a la 8 se conocerá la sentencia. La niña falleció por una meningitis que no fue advertida por el médico.

 

 

 

La defensa del médico Ricardo Alberto Aldao, de 76 años, a cargo de Ricardo Mulone, pidió este jueves 27 que sea absuelto de culpa y cargo por el beneficio de la duda del cargo de Homicidio imprudente que se le imputó por el deceso de una niña de cinco años que murió el 14 de marzo de 2014 en la sala de Terapia intensiva del hospital San Roque de Paraná, tras estar tres días internada, por la supuesta falta de la atención que requería el cuadro de meningitis con el que arribó a la guardia del nosocomio el martes 4 de marzo de aquel año, y no fue advertido por los médicos que trataron a la niña en la guardia, entre los que se encontraría Aldao. La fiscal coordinadora, Mónica Carmona, pidió que el médico sea condenado a la pena de tres años de prisión de ejecución condicional. El querellante, Pedro Fontanetto, que representó a los padres de la niña, solicitó que sea condenado a tres años y medio de prisión efectiva. En ambos casos los acusadores pidieron que se le aplique la inhabilitación especial para ejercer la medicina por el doble de tiempo de la condena, respectivamente. El juez del Tribunal de Juicio, Alejandro Cánepa, dará a conocer su decisión el martes 3 de julio a las 8.

 

Sin certezas

Mulone sostuvo que en el juicio no se pudo probar con el grado de certeza “apodíctica” que se necesita para emitir una sentencia condenatoria, que Aldao haya atendido a la niña las veces que los acusadores sostienen. En este sentido, el defensor señaló que los familiares que declararon durante el proceso, cambiaron sus dichos tres veces. También sostuvo que la niña fue internada por pedido de Aldao y cuestionó que los síntomas de la enfermedad hayan estado claros. En este sentido, resaltó que la autopsia exhibió que la muerte se produjo por una meningitis sub aguda, que según los médicos que declararon en el debate, no se muestra claramente, sino que aparece “solapadamente” y con los síntomas “encubiertos” y que no se “dan todos juntos”. El defensor añadió que en el hipotético caso que Aldao la haya atendido a la niña el sábado 8 de marzo, como dicen los padres aunque no consta en la historia clínica –de la que todos destacaron que es incompleta y con errores– tampoco hubiera podido ver los síntomas para actuar en consecuencia. Mulone también planteo que “pudo haber habido un error, excusable, entendible; puede ser porque no estaban los síntomas”. Así, sostuvo que en el caso hay “una duda razonable”.

 

Cartelito

Carmona sostuvo que tras un “análisis objetivo” de las pruebas, concluyó que “Aldao fue responsable y autor de este homicidio imprudente”, aclarando que “no se discute que fue una omisión, una negligencia” descartando un accionar doloso. La fiscal se basó en el testimonio de los médicos y los familiares de la niña para sostener que los síntomas con los que arribó a la guardia del hospital eran inequívocos de una meningitis. En este sentido citó el testimonio de un médico que en el trámite que se sustancia por la vía civil, dijo que “faltaba que la nena tuviese un cartelito en la frente que dijera ‘meningitis’”. Carmona sostuvo que con su obrar Aldao privó a la niña de un tratamiento que brindado a tiempo le hubiese salvado la vida o hubiese minimizado las secuelas. Este tratamiento consistió en la inmediata internación, la administración de medicamentos “de jerarquía”, tomografías y punciones lumbares. La niña fue medicada en las primeras visitas a la guardia con medicamentos que taparon los síntomas de la enfermedad más grave.

Se escucharon el jueves 27 de junio los alegatos en el juicio al pediatra Aldao, en tanto el 3 de julio se conocerá la sentencia.

 

Obrar negligente

El defensor Fontanetto coincidió con la fiscal en que se trató de un obrar negligente alejado de cualquier sospecha de dolo y en que la niña fue privada de una atención oportuna. Así, sostuvo que el deceso “se podría haber evitado”. El queréllate destacó que en el caso “se medicó mal y se medicó mal, lo que es más grave, porque luego se la enviaba a la casa, donde se podría haber muerto si no es que el padre se puso firme y pidió que Aldao le prescriba estudios”. Al igual que Carmona, Fontanetto destacó como agravantes que la niña sufrió mucho, sufrimiento que extendió a los familiares.