“35 años de democracia y adolescencia tardía”

El 10 de diciembre de 1983, hace 35 años, asumió Raúl Alfonsín como Presidente de la Nación, quien, no en vano, eligió esta fecha en que se celebra el Día Internacional de los Derechos Humanos.

 

 

Recuperar la democracia por medio del sufragio no sólo fue encontrar la luz luego de uno de los períodos más oscuros de nuestra historia, sino también promover la defensa irrestricta de las garantías individuales y Derechos Humanos.

Permanentemente sostenía Raúl Alfonsín que “con la Democracia se come, se cura, se educa”.

¿Acaso, hemos sabido honrar esas sabias palabras?

A lo largo de estos 35 años no nos hemos caracterizado por hacerlo. Hoy, aunque muchos repiten esta frase de Raúl Alfonsín como si con ello bastara para tratar de resolver el tema, de una vez por todas deberíamos realizar una profunda autocrítica y observar que la sociedad argentina en lo que hace a Democracia, por una notable falta de madurez política padece de una “adolescencia tardía” que impide que el sistema democrático sea estable.

Nada fácil fueron los primeros años del retorno de la Democracia, donde aún se respiraba y se sentía el poder militar – resabio de la dictadura – que en varias ocasiones intentó una vez más terminar con el anhelado logro del pueblo argentino.

Pese a ello y con gran esfuerzo, las instituciones comenzaron a funcionar.

En el Congreso de la Nación se daban vehementes debates políticos, donde se destacaba la formación y preparación de la generalidad de los legisladores. A nadie se le ocurría trabar u obstruir el debate de un proyecto de ley mediante la organización premeditada de disturbios en la vía pública por parte de grupos violentos.

Precisamente es en el Congreso y no destruyendo plazas, donde mediante la articulación de pesos y contrapesos que surgen de discusiones políticas, nacerá el necesario consenso que hará más y más fuerte nuestra democracia.

Cómo olvidar el vergonzante episodio del “diputrucho” de Menem, aunque pasó a ser una nimiedad ante el asesinato del Fiscal Alberto Nisman, un día antes en que éste se presentaría ante el Congreso de la Nación a denunciar a la ex Presidente de la Nación Cristina Fernández de Kirchner y funcionarios de su gobierno por el delito de encubrimiento en el atentado de la AMIA, a través del mentado “pacto con Irán”.

Por su parte, no debemos soslayar que una parte del Poder Judicial hizo lo suyo al quitar la venda que lleva la imagen de la justicia sobre sus ojos, ya que durante extensos años nada hizo respecto a delitos de corrupción.-Sin obstáculo alguno, eligió mirar hacia otro lado, brindando así una repugnante impunidad que vulnera la democracia republicana.

A su vez, tengamos en cuenta que en nada ayuda a fortalecer la democracia el pretender evitar la alternancia en el poder, algo de carácter – podría decirse imprescindible – para el correcto funcionamiento del sistema.-Hemos escuchado hasta el hartazgo que sólo un partido político es el único preparado para gobernar, lo que ya de por sí resulta ser de carácter antidemocrático.-

Hoy, el actual gobierno del Presidente Mauricio Macri, que sin pertenecer al partido político que gobernó la gran mayoría de tiempo de estos 35 años, es el único que va camino a culminar su mandato como reza la Constitución Nacional.- ¡Y ojalá así sea!

Nada ni nadie es tan bueno como para permanecer en el poder, más allá de los límites temporales que prescribe nuestra Carta Magna, porque, sin dudas, existe el peligro cierto de que el otrora gobernante democrático se transforme en un tirano.

Para rememorar y rendir un homenaje a quienes hicieron y hacen posible que hoy vivamos en la República Argentina sin dictaduras de ninguna naturaleza, primero deberemos comenzar por seguir como ejemplo sus vidas y hacer que la democracia eche sólidas y consistentes raíces para las generaciones que vendrán a futuro.

 

 

Alfredo Vitale-ElDía